Los Jardines de los Malenos. Un oasis en mitad del desierto
Alrededor de la casa, en la finca de 70.000 m2, hay múltiples rincones de lectura y de reposo: la era, el porche a la fachada este, la terraza a la fachada oeste, el banco de la parra, el chillout de la higuera o del algarrobo.
En todos ellos se puede disfrutar de una tranquilidad absoluta y el único sonido que nos puede acompañar es el de las cigarras cuando hace mucho calor en los días de verano o el de los grillos en cuanto cae el sol.
En la antigua era de labor es donde se celebran los cocteles o los bailes cuando hay alguna boda. Hemos hecho un jardín alrededor.
Tenemos una huerta de aromáticas, frutas y verduras que nos permiten elaborar nuestras propias mermeladas y compotas y ensaladas con los productos de nuestra huerta totalmente ecológica.
Hay un aljibe en la parte más alta de la finca. Ahí es donde se almacena el agua que utilizamos para regar el jardín. El agua de la red de todo el cortijo viene de la desaladora de Carboneras. Una vez utilizada en las instalaciones va a una depuradora biológica y se recupera el agua para el riego del jardín.
La antigua acequia de riego está hecha en piedra, la hemos restaurado y utilizamos un tramo como fuente.
Hay dos aparcamientos para los clientes del hotel, uno rodeado de olivos y al otro lado del camino para los que asisten a las actividades del cortijo.
En la parte alta del cortijo se encuentra la piscina con aspecto de alberca y muy integrada en el paisaje. Utilizamos para depurar el agua un sistema de cloración salina y así evitamos el desagradable olor del cloro.
Hemos conseguido hacer de un alojamiento rural, un auténtico oasis en mitad del desierto de Cabo de Gata Níjar.